miércoles, 30 de septiembre de 2015

El mundo mas alla del mundo por Matias Sosa Hein





La oía venir. No sé porque sabia que venia hacia mí. Me di vuelta y la vi. Venia hacia mí. No era solo porque podía verle sino porque me miraba. No me miraba a los ojos ni a las manos ni los pies ni a nada. No solamente. Era como si me mirara completamente, a todo mi ser.
“Hola” me dijo. “Hola” le respondí. Y me di vuelta para ver el mar. Se podía oler la sal del mar. El barco estaba impregnado de ese olor. Era obvio. Los barcos nacen en el mar y tienen su olor. Solo los barcos en museos, barcos muertos, han perdido su olor a vivos. Mientras pensaba en eso ella se puso al lado mío y se apoyo con las manos en la baranda tal como lo hacia yo. Mirábamos el sol. “Ya oscurece” dijo, “La vista de la puesta de sol debe ser muy hermosa”. No dije nada. Me molestaba un poco que dijera cosas obvias. Trate de no enojarme y pensar en otra cosa. “Perdón si le molesto, si quiere me voy” dijo ella. “No, esta bien” le respondí. “No es usted. Es la gente ¿sabe?”.
-¿La gente?
-La humanidad. Me molesta. Antes era peor. Antes odiaba la gente. Ahora es como si todos fuesen fantasmas y yo paso a través de ellos.
Me miró con una expresión rara. Era como si me comprendiera pero al mismo tiempo quisiera entender por que me sentía así.
-Lo vi en la sala de estar. Usted estaba leyendo un libro y viendo como un grupo de gente enfrente suyo jugaba a las cartas. Yo lo vi todo de lejos. Ellos se reían y estaban contentos. Usted estaba cerca. Sin embargo no se reía con ellos y levantaba la vista del libro que leía cada vez que algo llamativo pasaba. Los miraba... no con odio ni rencor ni envidia. No y sí. Era como si dependiera de ellos. No podía ni acercarse a ellos ni dejarlos. No sé. ¿Es así?
-Algo así.
-La humanidad. Le molesta.
-A veces.
-Pero usted dijo...
-Solo cuando estoy molesto.
Y quedamos en silencio. Mirando el sol. Como tratando de descifrar algún secreto. Algún secreto del que no comprendíamos absolutamente nada, pero que conocíamos y olvidamos hace mucho tiempo. Algo que todavía sentíamos.
Al final la duda me venció. No era que fuera una gran duda sino que no soportaba estar tanto tiempo con esa pregunta en la cabeza. Cada minuto que pasaba hacia que me fuera más difícil soltarla pero al final lo hice y fue como si hubiera podido volver a respirar. Y tal vez lo hice.
-¿Porque se me acercó?
Me sentí torpe. Sentí que si había creado algún misterio para la dama (cosa que no intentaba hacer), ese misterio se había desvanecido.
-Es decir... (me apresure a decir) no es que desprecie su compañía, es que... como decirlo.
-Mira a la gente y no se ve reflejado en ella.
-¿Qué?
Ese “¿qué?” No fue porque no la comprendiera sino porque así era exactamente como me sentía y nunca hubiera podido expresarlo mejor.
Ella lo supo por eso no me respondió.
-Usted... ((¿Quiere ayudarme?) (¿Quiere ayudarme?) (¿Quiere ayudarme?)) La pregunta daba vueltas en mi cabeza.
-Claro. ¿Usted no me ayudaría? Seguro que sí. ¿Sabe? A veces la gente que odia a la humanidad es por lo general la que más la ama. Por eso duele...
-Amor y odio. Dos caras de la misma moneda. Pero ¿pueden convivir juntas?
-Claro. ¿Acaso nunca tuvo dos sentimientos opuestos hacia algo?
-Tenia una novia, la amaba, hasta que me dijo que se había enamorado de alguien más. Entonces la odie. Pero no fueron sentimientos simultáneos.
-No los sentía al mismo tiempo. Pero siempre supo que algún día podría odiarla ¿o no?. Esos sentimientos siempre estuvieron dentro suyo.
-Sentimientos en potencia. Claro
-No en potencia. Los sentimientos siempre están. Solo que a veces los sentimos y a veces no. Puede sonar confuso. La culpa es por llamarlos sentimientos. Los sentimientos están, los sintamos o no. Son parte de nosotros. No los creamos en el acto ni vienen a nosotros. Están siempre... En el fondo, todavía la ama. Pero la odia. Por eso duele...
Me sentía como en un sueño. Una mujer al lado mío contándome las cosas mejor de lo que yo podría entenderlas.
Se sentía el aire húmedo. Veía las olas abajo, el sol, las nubes color naranja. No era un sueño. Todo se sentía real. Casi.
-¿Cree que es lo que me pasa a mí? ¿Con la gente?
-Puede ser. Pero usted no odia a la gente en sí. Odia “algo” de la gente.
-¿Es usted real?¿Es esto un sueño?
-¿Si es el mundo real? No lo sé. ¿Sabe quienes fueron los primeros en dudar de la realidad del mundo?
-No
-Yo tampoco. Sin embargo podemos remontarnos a los griegos. Algo paso que el hombre empezó a dudar de la veracidad del mundo. No fue que perdieran la fe en sus dioses. Bueno en parte si, pero eso fue consecuencia de otra cosa. Esa otra cosa fueron los descubrimientos que logro esa civilización. Empezó a haber un desprendimiento de dios. Sentían que volaban.  Ellos veían el mundo y veían un orden. Y un caos antes del orden. Sin embargo, mucho después algunos fueron mas allá y vieron que en realidad orden y caos eran la misma cosa. O dos caras de la misma moneda por decirlo de alguna manera. Hay orden dentro del caos y caos dentro del orden. Muchos matemáticos estudian el caos y el orden como un mismo fenómeno. Donde parece haber caos hay un orden que dicta ese caos, sin embargo,  donde hay un orden hay un caos que dicta ese orden. ¿Comprende?
-Creo. Usted habla por ejemplo de los grupos de aves o peces. Si uno los observa en una foto diría que son solo un montón de animales que viajan juntos desordenadamente, sin embargo si uno los viera  en movimiento, vería que todos cambian juntos de dirección moviéndose como una sola cosa. Como si siguieran algún orden que rige su conjunto caótico, ¿verdad? Orden dentro del caos.
-Exacto. Y dando un ejemplo contrario. ¿Escucho esa teoría que dice que el aleteo de una mariposa en una parte del mundo puede generar un huracán en la parte opuesta? No me gusta ese ejemplo. Se refiere en parte a algunas formulas matemáticas donde una leve diferencia de valores puede generar resultados impredecibles, muy alejados del resultado inicial. Caos dentro del orden.
-¿Y los griegos?
-A eso iba. Como dije, los más sabios veían un orden en el mundo. Y eso es tal vez todo lo que hay. Orden. No existe el caos. El caos es una ilusión. Es un orden invisible por así decirlo.
-Claro. Podían ver el orden en los ciclos naturales como las estaciones y las mareas. Veían un mundo que regia el universo, que lo sostenía, mediante hilos invisibles. Veían que donde pensamos que hay caos hay orden. Entonces pensaron que tal ves este mundo no es real ¿no?.
-Exacto. Esa es uno de las formas de llegar a esa teoría. No la mejor según mi opinión.
-¿Dijo una de las formas?
-Sí. Mire. En esa clasificación entra por ejemplo el mundo de las ideas de platón.
-Eso me hace acordar a la alegoría de la caverna de Sócrates ¿se
acuerda?
-Sí. La humanidad esta en una cueva. Encadenados sin poder moverse, mirando una pared donde se proyectan sombras del exterior, y todos creen que esa es la realidad y todo lo que existe. Uno de ellos escapa y ve la luz afuera. Le duele porque esta acostumbrado a la oscuridad. Tiene miedo. Se da cuenta que su mundo no era real. Vuelve para contárselo a los demás pero ellos lo tratan de loco y lo matan.
Esa historia entraría en la misma clasificación que el mundo de las ideas de Platón. Lo que trata de decir es que lo que nosotros vemos, este mundo, lo creemos real porque es lo único que conocemos.
Sin embargo, platón fue el que escribió todo lo que tenemos sobre Sócrates, y si este existió, debió de haber predicado distinto según creo yo.
-¿Como?
-Mire. Si Sócrates hubiera creído eso, no creo que hubiera sido tan tonto como para ir a sufrir lo mismo que el personaje de su historia. Sin duda sabia el riesgo de sus acciones, pero no creo que haya muerto por sus ideas. Es lo más idiota hasta para un sabio. Hubiera podido escapar cuando se lo ofrecieron para seguir acumulando conocimientos y predicar. No. Él murió porque sufría. Sufría por el sol que quemaba sus ojos. Sufría porque amaba a la humanidad y al mismo tiempo la odiaba. Al hombre de la historia no lo matan. El mismo se mata al verse solo.
-¿Pero eso en que cambia el mensaje de la historia? No comprendo.
-Mire. Los  habitantes de la caverna no ven atrás no porque no puedan hacerlo. Si estaban encadenados hubieran podido romper las cadenas que los ataban. ¿Porque solo uno pudo salir? Ellos no se liberaban porque no quieren. Porque son ingenuos. Imperfectos.
-¿Imperfectos? Cada vez me estoy confundiendo más.
-Cuando termine comprenderá todo. Sócrates veía una humanidad imperfecta. Todas las civilizaciones soñaron con su hombre perfecto. Buda, Jesús, quien sea. Todos comparten rasgos similares. Características que los unen. No importa cual haya sido la cultura que creo ese humano perfecto. Todos en el fondo son iguales. Hay muy pocas religiones que consideren este mundo como irreal. La mayoría cree en un mundo más allá de este donde vamos después de morir. Un mundo que no se ve. Y el hombre creó y crea sus súper hombres para tratar de explicar este mundo. El mundo de Sócrates.
-¿El mundo de Sócrates?
-Sí. El mundo de Sócrates. El mundo que más sentido tiene. Lo que quería decir en realidad Sócrates era que la humanidad es imperfecta. En la historia, las sombras en la pared se distorsionaban. A veces eran mas largas unas que otras. A veces era un fuego el que proyectaba las sombras y al moverse este, las sombras se deformaban. Eran reflejos imperfectos. Sin embargo guardaban relación con las figuras originales. Y esto es muy importante porque nos dice...
-¡Que seguían un orden!
-Exacto. Ese es el mundo que vemos nosotros. Sin embargo en la historia los hombres eran imperfectos. Más que las sombras, porque las sombras, eran sombras del mundo real. El hombre no puede ser una sombra porque las sombras no van al mundo real. Se quedan como sombras. Recuerde que en la historia, el mundo afuera de la cueva, SI es el mundo real. Un mundo ordenado que proyecta sombras también ordenadas, claro que un poco menos ordenadas que las figuras reales pero ordenadas al fin.
-Aha. La voy siguiendo. Entiendo todo lo que me dice. Pero me sigue pareciendo la misma historia solo que con algunos detalles cambiados.
-Todavía no termine.
-Lo siento. Tiene razón. Continúe.
-A ver. Piense en la historia.
-Pienso. Pienso en los hombres imperfectos, en las sombras que siguen un orden, en el mundo de afuera, un mundo ordenado, en el sol, en la luz que hace doler los ojos... algo no encaja.
-Creo que lo tiene.
-Pero... no, parece ridículo.
-¡Claro que no! ¡No los es! Tiene un orden ¿no?
-Si pero... ¿y si solo hay caos? ¿Y si solo creemos ver un orden porque somos imperfectos y eso es todo lo que es... Ya me siento como uno de los de adentro de la cueva. Uno de los no reales. Uno de los que no encajan. No encajan porque ¿cómo pueden existir hombres que viven encadenados dentro de una cueva, que creen en sombras y nada mas? No encajan en una historia que habla del orden. En ese mundo no pueden existir esos hombres. En otro mundo pero no en ese.
-La humanidad no encaja en este mundo. En un mundo regido por el orden no puede existir imperfección. Por lo tanto, este mundo es una sombra del mundo real. Solo creemos que es real, pero somos imperfectos. Y es todo lo que conocemos. Recuérdelo. El hombre no encaja en este mundo. Y ESO NO ES UNA TEORIA.
-¿Y si el mundo de afuera de la caverna hubiera sido ESTE mundo. Y si en realidad lo que Sócrates quería decir es que todo puede ser real o falso. Que nadie puede decir que es real. Y si nada es real. Y si solo hay sombras que proyectan sombras que proyectan la sombra de su sombra y eso es todo lo que hay. Un circulo de sombras?
-Bueno. Ya, ya... No era mi intención crearle una crisis existencial.
-¿Y cual era?
-Lo que quería era decir que usted no odia a la humanidad. Usted odia la imperfección de la humanidad. Es un socrático. No se perdona ser imperfecto ni que los demás lo sean. Usted ama a humanidad pero odia su imperfección.
De alguna forma lo sabía desde siempre. Ella tenía una respuesta. Pero ¿era la respuesta? No. Claro que no. Apenas era una explicación de lo que sentía pero no me ayudaba en nada saberlo. Me sentía quizás incluso mas vacío que antes e hablar con ella.
“Sos un estúpido” Dijo.
Le mire con odio
-¿Qué?
-¿No te das cuenta de lo simple que es todo?
-¿Lo es? (¿Lo era?)
-Sí. Siempre lo será.
-Bueno. Ya me doy cuenta. ¿Sigo siendo estúpido?
-No es tampoco darse cuenta. Otra vez... la palabra darse cuenta parece una mala palabra si nos ponemos a pensar en su verdadero significado. Darse cuenta no es solamente entender algo. Usted tiene que comprenderlo y asimilarlo. Es como creer en ello. Darse cuenta no es solamente darse cuenta. Es saber que algo es cierto. Es sentirlo cierto. Uno no puede darse cuenta de una teoría.
-Entonces no importa la teoría. No importa si es cierta o no.
-Casi.
-Es cierta y no es cierta. Es las dos cosas y ninguna. Si este mundo fuera falso, irreal, y el hombre imperfecto, podemos suponer... decir, que cualquier teoría que pueda formular el hombre es imperfecta. Nunca vemos los objetos afuera de la cueva. Solo sus sombras. Lo demás lo suponemos.
-Entonces la teoría se refuta a si misma.
-Así es. Puede ser...
-Somos imperfectos. No podemos estar seguros de nada.
-Bueno... no sé si de nada.
Cuando el sol se ponía en el mar, todos los pasajeros, en cubierta y dentro del barco, miraron hacia el oeste.
El acontecimiento dejo sin palabras a sus espectadores. ¿Qué era lo que veían? Se preguntaban sin darse cuenta. ¿Una bola de fuego gigante? ¿Una estrella? ¿El antiguo dios sol. Ya era del color de la sangre pero, eso era lo que ellos veían. Todos saben que el sol no cambia de color. Es solo un efecto óptico. No es real. ¿No lo es? ¿No lo era? Claro que sí. Estaba ahí. Si ellos lo veían, era porque existía. Si estaba ahí es porque era real.
-¿Ves el sol?- Dijo ella
-Obvio
-El sol es de color rojo. El cielo color rubí y las nubes color púrpura. ¿Lo ves?
-Sí. Lo veo. ¡Lo veo todo!... Y es hermoso, pero me vas a decir que no es real. Que el sol no cambia de color, ni las nubes, y que el cielo no existe en realidad, solo es un espectro de la luz atrapado en la atmósfera.
Y me miro sonriendo como si se alegrara por algo.
-No lo iba a hacer. ¿Acaso no te parece real?
-Solo parece
-¿Solo parece? ¡¿Acaso no esta ahí?! ¿No lo ves? Que sea una sombra, un reflejo de algo mas, no hace que deje de ser real. Todavía no entendiste el verdadero significado de la historia. Sin duda Sócrates no nos dice que el mundo es irreal. Nos dice que este es solamente uno de los mundos irreales. O por decirlo mejor que ningún mundo es irreal sino una parte de la realidad. Una fracción. Obvio que no vemos toda la realidad pero eso no quita que lo que veamos sea irreal.
¿Cuánto conocemos del mundo? Todos sabemos que los átomos existen aunque no los vemos. Nadie desconfía de la veracidad del aire así como de sus grandes científicos. Grandes filósofos de la naturaleza. Todos sabemos que existe un mundo más allá del mundo. Pero ¿eso quita acaso que este mundo deje de ser real? ¿Acaso las sombras en la pared eran irreales? Esa es la ultima enseñanza de la historia. Ningún mundo es irreal. Conocer los fenómenos que producen que el cielo se vista con esos colores, no hace que dejemos de verlos. La forma en que vemos el mundo es real para nosotros. Si viéramos el sol con sus verdaderos colores (¿cuales son?), nos estaríamos perdiendo de verlo como lo vemos ahora. ¿Acaso lo veríamos más real? ¿Y si lo viéramos de otro forma no diríamos acaso que lo vemos de forma irreal porque debería verse rojo como lo vemos nosotros? La única forma de poder ver el mundo “real” seria ver todo, absolutamente todo, al mismo tiempo. Gran carga para un ser imperfecto...
Entonces comprendí.
Y me sonrió. Y un momento después yo también le sonreí.
Ya era de noche y el barco estaba llegando al puerto de una pequeña ciudad.
-Yo me bajo aquí dijo. Que extraño... soy la única.
-Es cierto.
-Seguro pensas que no soy real... jaja.
-Jaja. Tal vez yo no sea real, y este barco tampoco.
-Cierto. Mmmm. Supongo que nunca vamos a saberlo. Tal vez ninguno de los dos seamos reales.
-Tal vez...  Que extraño
-¿Qué?
-Que aunque nada sea del todo real yo me siento mas vivo que nunca.
-Me alegro. Entonces mi misión esta cumplida.
No sé si hablaba en serio. Realmente no creo que haya tenido una misión. No como una asignación. Es probable que todos tengamos alguna misión que realizar. Algo que solo podemos hacer nosotros. O tal vez creemos tenerla. Sin embargo, a veces uno siente que es así... y con eso basta. Seguro que ella lo sentía.
Nos despedimos. Y eso fue todo. ¿Si la volví a ver? Seguro que si pero ya no era ella.
El barco siguió su rumbo por el mar oscuro. Las estrellas iluminaban el cielo y todo me parecía más real que nunca. Ya no tenia sentido seguir odiando me dije. Entonces sentí algo. Sentí que las estrellas eran sombras, que el mar era una sombra así como el barco y todo lo que existe. Pero sentí algo más. Algo que me hizo pensar. Sentí que yo también era una sombra. Que en realidad alguien me imaginaba y me creaba con su imaginación. ¿Una sombra de alguien real? ¿Y que es una sombra sino algo real? Y tal vez yo no era el imaginado. Tal vez al soñar un creador, yo mismo lo creaba a el. Y él creía ser real. ¿Y quien soy yo? ¿El personaje de una historia? ¿El escritor de la historia? ¿Acaso puede ser que solo lo haya usado para crearme? ¿Qué el escribe pero soy yo el que dicta? ¿Acaso te parezco irreal? ¿Te parezco más irreal que el color del sol? ¿No me diste vida al leerme? ¿No me haces real en tu imaginación y no fue él quien me dio vida al escribir? Y tal vez no puede terminar la historia. No quiero que termine. Porque si termina no se a donde voy a ir. Mi vida es un círculo. Nazco cuando me leen, vivo siempre la misma vida y después... pero tal vez no sea siempre la misma vida. Tal vez dependa de quien me lea. De cómo me imagine y lo que entienda al leerme. Pero siempre pasa lo mismo. No quiero irme. Quiero seguir acá aunque se que no puedo. Pero creo que a pesar de que mi historia sea olvidada, no dejara de existir. Creo que siempre existió incluso antes de ser creada. Porque nada aparece ni desaparece. Como los sentimientos. Siempre estuvo.
Entonces lo dejo terminar...




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