martes, 28 de febrero de 2012

QUE CONOCERNOS ES QUIZÁS LO MÁS HERMOSO (Mario Benedetti)


Como hacerte saber que siempre hay tiempo Que solo tienes que tomártelo y dártelo Que nadie establece normas, solo la vida Que la vida sin ciertas normas, pierde la forma Que la forma no se pierde al abrirnos, Que abrirnos no significa dejar de amar, Que amar no esta prohibido, Que también se puede odiar Que el odio y el amor son afectos, Que los afectos definen Que definirse no es nadar contra la corriente Que mientras mas fuerte es el trazo, mejor se dibuja Que buscar el equilibrio no es hallar la seguridad Que negarse es abrir distancias Que encontrarse es muy hermoso Que el sexo forma parte de la vida Que la vida forma parte del sexo Que el por qué de los niños tiene un por qué Que autodeterminación no es hacer las cosas solo Que para no estar solos tenemos que dar Que para dar tenemos que haber recibido alguna vez Que para que nos den hay que saber pedir Que saber pedir no es regalarse Que regalarse, en definitiva, es no quererse Que para que nos quieran tenemos que demostrar que somos Que para que alguien sea, hay que ayudarlo Que ayudar es alentar y apoyar Que para sufrir es necesario compartir Que compartir es darle valor a las cosas Que las cosas cara a cara son honestas Que nadie es mas honesto porque no robe Que el que roba no es ladrón por placer Que si no hay placer en las cosas no se está viviendo Que para vivir la vida hay que olvidar que existe la muerte Que se puede estar muerto en vida Que se siente con el cuerpo y no con la mente Que cuesta ser sensible y que no te hieran Que para no ser heridos levantamos muros Que seria mejor hacer puentes Que desde ellos se va a la orilla y también se vuelve Que volver no significa retroceder Que retroceder puede ser avanzar Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol ¿Cómo saber cuánto tenemos sin saber cuánto nos dieron? Que por medio de la lucha no siempre hallamos lo que falta Que es imposible luchar cuando no hay armas Que la ausencia de armas no es señal de cobardía Que ser cobarde no es mantener distancia Que la distancia ayuda a valorar las cosas Que se pierde el valor ante la impotencia Que ser impotentes no es señal de que no sentimos Que sólo son inservibles las cosas que hacen daño Que el dañarse el uno al otro no sirve de nada Que la nada no es caer al abismo Que en el fondo del abismo podemos encontrar cosas lindas Que lo lindo se resume en lo vivido juntos Que seguir viviendo es un gran triunfo Que triunfar no es llegar al fondo de la emoción Que emocionarse es señal de que sentimos Que sentir es señal de que estamos vivos Que vivir es pauta de que nunca es tarde Que la tardanza no es pérdida de tiempo Que el tiempo no es la suma de los años Que los años enseñan cosas que los días desconocen QUE CONOCERNOS ES QUIZÁS LO MÁS HERMOSO. Mario Benedetti.-

viernes, 17 de febrero de 2012

Inconsciente colectivo




La tormenta bautiza el seco suelo de la ciudad, en el horizonte, relámpagos ansiosos iluminan la oscuridad bifurcada en diversos colores violetas. Un torrente sin tregua lo moja todo dejando su aroma en el asfalto, en las paredes grises de un barrio escondido. Un rayo perdido quiebra una vieja rama, un auto se destroza, la energía se corta.
En un edificio viejo, un joven estudia los capítulos finales de una materia incomprendida, de un final que llegará mañana al amanecer. Sentado en la oscuridad se enfrenta a la horca de su destino. El calor lo marea, las letras inflan su cabeza, abre las ventanas, una brisa densa, húmeda lo rodea. Busca una vela inultamente, sin saber que en su pequeño cubículo no hay velas. En las tinieblas de su heladera encuentra el transpirar urgente de una lata de cerveza, tal vez si la bebe evite la muerte de una Brahma todavía fría. La lluvia no se detiene.
Desciende salvajemente por las escaleras recordando al hombre primitivo, australopitecos que cazaba su comida, que andaba descalzo sin sandalias, al buen caníbal que comprendía la poesía asesinar un mamut. Todo instinto libre razón surge del urbano ejercicio de bajar catorce pisos de un edificio sin electricidad.
Sus brazos se mueven dibujando círculos extraños en el aire, sus pies saltan, su barba crece diez centímetros, la suelas de su zapato se destrozan al llegar a planta baja. Se sienta sobre un suelo cubierto de cables, de sueños, de hojas, de esperanzas, de ramas, de solidaridades, de vidrios, de amores rotos. Ni Marx se hubiera imaginado este final para el mundo occidental, piensa.
Entre el lodo de una maceta quebrada, una rosa roja con espinas blancas crece, la toma con su puño, abrazando, oliendo el perfume de su alma. Una muchacha de ojos tristes se cruza en su andar. Hola. Hola, responde él. Parece que la lluvia no para, comenta ella moviendo sus grandes labios rosados, humedeciendo su cabello rizado. No che, ni un poquito, responde él perdiéndose en profundidad una gota diminuta ¿Tenés un cigarrillo para convidarme? Pregunta la muchacha con cierta curiosidad mágica. El joven palpea sus bolsillos buscando su etiqueta Marlboro, solo queda un beso de nicotina junto a un encendedor bic negro. Ese no es como los que yo fumo, es distinto, ¿Qué habrá pasado?, se interroga intentando encontrar una respuesta imposible, olvidada. Se lo ofrece a esa mujer que está comenzando a amar. Gracias, responde ella. No hay de que, retruca él. Entonces de manera inesperada, como toda circunstancia extraordinaria, el milagro sucede: El tabaco explota sobre el rostro de la dama, su rostro palidece, sus delgadas manos tiemblan. Las mejillas de él se inflan, una carcajada animal se escapa de sus labios. Jorge y la concha de la lora, grita entre risas ahogadas, una cachetada se dibuja sobre su rostro. Espera no fui yo, intenta explicar pero no puede detener el sonido de su garganta. Esa princesa hermosa que tanto deseo amar, se pierde en la miseria de una ciudad donde la lluvia nunca deja de caer del suelo cielo gris formado por nubes grises. Ahora él, ella aunque a lo lejos hace ya tiempo, descubren recuerdan aquel inconsciente colectivo cultivado sobres mentes, criado en la idea de que esta es la mejor de las realidades posibles, de que esta es la única respuesta. Los ojos de ambos se iluminan, ahora saben que algo está por cambiar en la aparente rutina de una sociedad sin conciencia. Ella vaga bajo la lluvia, intentando recordar, el amor, la libertad, la terrible soledad de andar vacio. El huele su rosa de barro, recordando que las revoluciones internas tienen perfume de mujer, caminando hacia la farmacia, necesita parches para la nicotina.


Un Tal Lukas en las visperas de carnaval, 17 de frebreo del 2012, todo esta por comenzar