Numero 30 EL LIBRO DE LOS ABRAZOS, EDUARDO GALEANO
Si en la
primera página de un libro se lee “RECORDAR: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón” preguntas que ya habíamos
olvidado vuelven aparecer y nos recuerdan la importancia de permanecer en este
mundo, de existir, de respirar, de estar vivo pese a todo.
Pensamos que tal vez en cada
micro cuento, en cada micro historia deberíamos volver a ver al mundo, porque
hace mucho que nos olvidamos de las estrellas. Si eso sucede, todo aquello que
nos destroza, que arruina nuestra salud espiritual y mental y que no es normal,
lo asimilamos como si siempre hubiera existido. Lo que significa que nos
acostumbramos a llorar y ya no levantamos ni un puño, ni nos indignamos por la
violencia, ni volvemos a amar, aunque suene cursi.
Galeano sabe que su universo, sus
demonios, sus dolores, se hayan en una América negada por la gran historia, en
cada campesino que levanta su voz. Crónica
breve que se expresa sobre las ciudades que tanto conoce y ha respirado. En sus
historias los protagonistas son los nadies de siempre, los que nunca nadie
escucha, los que el gran relato ignora.
La vida se presenta muchas veces
como un huracán de emociones, de cataclismos que por absurdos que parezcan,
destrozan todo aquello que alguna vez creímos verdadero. Cuando nuestras
verdades universales se evaporan frente a la primera tormenta, nuestra forma de
ver el mundo se transforma y quizás todo nos duela un poco menos o un poco más.
Los personajes del libro de los
abrazos muestran lo inestable de nuestra vida en hechos mínimos, en relatos que
en apenas dos párrafos describen sus grandes odiseas, sus utopías propias mientras
la vida les pasa por enfrente sin pedirles permiso. Porque Galeano junto a los nadies que se
cruzaron en su ruta, en una página nos hacen reír, en la siguiente dudar, en la
tercera lloramos y en la cuarto volvemos a reír sin darnos cuenta.
La América dulce pero violenta
que se dibuja en todos los relatos,
revive no solo en tierras cubiertas de injusticia y resistencia o en cada cura
que desafía a Dios, sino en todos aquellos que abandonan su patria para
llorar en tierras donde se hablan
idiomas que no conocen. No importa si se trata de un exilio político o un
exilio económico, los nadies con sus particularidades, con sus miserias y sus grandezas,
sienten la misma pena y saben que “no
son aunque sean, que no hablan idiomas sino dialectos, que no profesan
religiones sino supersticiones, que no hacen arte sino artesanías, que
practican cultura, sino folklore, que no son seres humanos, sino recursos
humanos, que no tienen caras, sino brazos, que no tienen nombre sino número,
que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa
local”. Escribe Galeano y después nos llena los ojos de agua, de eso se trata
el Libro de los Abrazos.
Aclaración: El listado de libros, no plantea una crítica literaria, es una reflexión personal de que significó para mí el texto en cuestión, cuando lo leí por primera vez. De mas esta decir que bastantes de los libros del listado son obvios pero otros no.
El orden es arbitrario como todos los órdenes, ningún libro de los enumerados tiene una jerarquía por su calidad literaria sino que se basa pura y exclusivamente, en mi capricho personal, en los sentimientos que cada uno de los relatos despertó en mí. Espero que lean cada texto y que en cada palabra encuentren una respuesta o una incómoda pregunta para estos tiempos de tormenta y crisis