lunes, 13 de junio de 2016

El problema no son las armas por Lukas




Si el humanismo ha muerto en esta época, la palabra se transforma en algo abstracto, incomprensible. Si olvidamos la humanidad de una palabra, olvidamos tal vez nuestra humanidad. Si usamos conceptos solo para estructurar elementos, nos deja de importar la comunidad en la que nos hallamos.

Entonces “el otro” con sus respiros y sus palabras, nos molesta, nos parece el responsable de todos los males que rodean una sociedad, en donde lo social es una palabra y el individuo una verdad. El que vive al lado nuestro, el que paga los mismos impuestos que nosotros, el que busca el sueño americano como nosotros, es una amenaza por una clasificación arbitraria de nuestra individualidad.

El quiebre social se expresa en un conjunto de valores que por ser irreales, nos parecen verdaderos, vemos en el pasado, en alguna frase suelta de una biblia que nadie conoce, una verdad universal. Nos atamos desesperados a una oración que no significa nada, pero reemplaza todo lo que nuestra humanidad antes contenía.

Una oración arbitraria constituye muros mentales, sociales, donde el otro es negado. Si nos molesta su forma de vida, si nos incomoda su lenguaje, si nos irritan sus valores, lo encerramos, lo aislamos. Pero al que negamos, al que aislamos, nunca deja de ser nuestrx vecinx, de comer en los mismos lugares, de visitar los mismos espacios, de usar el mismo transporte. Todo lo que nos repugna, todo aquello que construimos en nuestras menta estalla en una individualidad sociópata.

Nos aislamos y encerramos hacia el interior oscuro de nuestra mente, donde creemos que todo aquello inventado por nosotros, alguna vez fue  verdadero. Consumido por el odio, el sociópata busca una respuesta inmediata.

En tiempos donde nos encontramos conectados con medios, internet y redes sociales, pero desconectados del otro, e incluso del que duerme al lado nuestrx, la única respuesta posible es un show que genere impacto sobre los que están cerca y sobre los que miran. No importa si en el espectáculo se mueren personas, tal vez el morbo sea la única de forma de lograr una conexión social para un sociópata, un enfermo, un imbécil.

Tan aburrida, tan predecible se ha vuelto la vida en las clases medias desarrolladas, que solo ven la trascendencia en un video de internet, o en estar cinco minutos en la televisión sin importar el precio.
Ahora la violencia se expresa, cuando un ser trastornado, aislado, es incentivado por el propio Estado donde habita. En Estados Unidos comprar un arma es más fácil que acceder a medicamentos. Cualquier inadaptado, puede comprar en internet un rifle AR-15 semiautomático considerado arma de guerra.

En lo que va del 2016 hubo 133 tiroteos masivos con un total de 207 muertos. El domingo durante la madrugada, un desquiciado alimentado con prejuicios sostenidos por palabras arbitrarias que solo imaginan un mundo irreal, asesinó a 50 personas y 54 fueron heridas.

Los medios masivos del norte plantean que esto sucede por el libre acceso a las armas, por el lobby corrupto de la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Es verdad, pero también podemos pensar que es tal vez, un discurso a medias.

Estados Unidos es uno de los pocos países desarrollados que tiene una tasa tan alta de personas cristianas, esto se debe a la pluralidad y diversidad de grupos religiosos que surgen en el país. No existe una religión centralizada como en Europa o América Latina. En números significa que el 73 % de los estadounidenses se identifican como cristiano. En sí mismo no significa nada, pero plantea una realidad donde la mayoría de los miembros de la corte suprema y del congreso son conservadores o Republicanos.

Es verdad que el responsable del hecho era de origen Islam pero el hecho en sí mismo no es una expresión aislada, se trata de una persona criada y nacida en Estados Unidos. Un sociópata no busca coherencia en su accionar, se trata de un individuo cualquiera que constituye una serie de elementos, palabras para crear su propio relato y justificar su actitud enferma. En esa mentira creada se entremezclan valores culturales propios y valores sociales de la cultura en donde se halla.

Ahora ¿Por qué florecen sociópatas en Estados Unidos? no debe haber una única respuesta. Si la posibilidad de encontrar diversos caminos que se explican por la historia de una sociedad que tiende a lo individual, a constituir comunidades aisladas, sostenidas y defendidas por el Estado.

Estados Unidos aparece como un conjunto de comunidades individuales que crean un gran Estado para defender sus intereses. Un Estado sostenido por el trabajo autónomo de su población blanca, según el relato oficial.

Pero el Estado fue levantado por la población esclava negra, mientras se masacraban las comunidades originarias, bajo principios puritanos. Todo aquel que no era blanco y puritano quedaba fuera del Estado pese a que sostenían y definían el Estado.

Hubo guerras civiles, hubo conflictos sociales, que luego fueron asimilados por las Elites Anglosajonas. Mientras esto sucedía, millones de culturas nuevas y expresiones humanas diversas se desarrollaron. Sin embargo, por dar un ejemplo, se aumentó en un 400 % el presupuesto tendiente a crear barreras para inmigrantes, pero no se disminuyó el gasto en armas.


Si un Estado sostenido en base a comunidades individuales y puritanas, se levanta bajo el sudor de todos aquellos que no son blancos y puritanos, aparece una red de sujetos sociales que ven en la palabra una individualidad y en la comunidad una utopía. El solipsismo florece en todos  migrantes que ahora sostienen el Estado pero no son reconocidos por la clase media blanca y puritana.

Todo aquel que no es blanco y puritano es un monstruo potencial que debe ser aislado. Al monstruo que usa un arma se lo asesina con otra arma, según el vicepresidente de la Asociación Nacional del Rifle.

El otro no existe, es solo un objeto, una herramienta de producción, un artículo desechable. Si quiera acabar con su vida le regalamos un arma. Si el monstruo asesina otro monstruo, se trata de un hecho aislado, no de una enfermedad social, aunque en  este año hallan muerto 207 personas.





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