miércoles, 24 de noviembre de 2010

Presentación del libro

Sucede que las personas llegan al mundo sin saber muy bien porque. A penas nacen alguien les obliga a creer en algo sin siquiera mostrarle las diferentes posibilidades existente. Alguien le dice que lengua debe hablar, que valores debe aspirar, e incluso a quien deben amar.
Alguna vez en la vida esas personas llegan a darse cuenta que su vida no es su vida. Se encuentran frente a chicos que solo le piden cosas, frente a una mujer desconocida que dice ser el amor de su vida. Algo extraño les sucede en sus andares, comprenden por primera vez, que su libertad es su condena. Lo que decidan hacer a partir de ahora va a marcar el resto de su andar. Algunos deciden avanzar como si nada hubiera pasado. Otros, comprenden que durante toda su existencia, observaron sin mirar, hablaron sin decir, oyeron sin escuchar, vivieron sin vivir.
Ese aparente orden, seguridad, estabilidad, mostrado en el mundo, es frágil. Un caos permanente surge alrededor de esas personas que alguna vez en la vida se preguntaron si este mundo estaba bien como estaba
Descubren, ven el mundo con otros ojos, los hechos fantásticos los rodean. Pero uno no se refiere a unicornios, a pegasos, a dioses. Lo fantástico es detenerse y observar por primera vez el mundo, comprender el milagro secreto de un amanecer eterno, la caricia tierna de una gota de lluvia. Encuentran por primera vez en su vida, las hermosas estrellas que la noche esconde celosamente. La vida no se encuentra en calabozos fantásticos y embrujados, se encuentra en bosques oscuros de cemento reales, tan reales como el aire y el agua.
Los personajes de estas historias cruzan el umbral. Del otro lado no hay nada, ni nadie, solo están ellos, sus palabras, sus miedos, sus ideas, sus sueños. Pero una libertad individual es solo una libertad a medias. Solo destruyendo la cadena de otro, pueden ser libres. Comprende con otro, de acuerdo a lo escrito en lo impredecible de dar una vuelta al corazón, que La vida es azar, es un calidoscopio donde infinitos granos de cristal forman inacabables figuras sin respuestas, sin verdades. Ellos son dos pequeños espejos que en un giro impredecible del destino forman una figura, una pregunta en un universo donde no hay nada, donde ya no se buscan respuestas, no lo saben. Comparten sus soledades. La luz incandescente y celeste de sus ojos se mezcla con la opaca y triste mirada de él, encuentran una respuesta, un color perfecto. Los labios de ambos se mezclan, se cruzan en un beso dulce y largo.
De eso se trata las historias, los relatos, los cuentos de alguna vez en la vida, de sujetos que deciden destrozar sus cadenas, de seres que descubren, como dice Dolina, que el paso del ser humano por este mundo es una moneda. De un lado está la muerte, del otro lado no está la vida, sino el amor. Los dos únicos motores del ser humano, los dos mayores miedos de las personas. Después de todo, es posible que entre tantas tonalidades oscuras, negras, grises, y blancas en la vida, existen millones de colores que no vemos, que no queremos ver o que no nos atrevemos a descubrir

Un tAl Lukas

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